La Palabra cada día

Jesús, alimento que perdura hasta la vida eterna

Jesús, alimento que perdura hasta la vida eterna

(Juan 6,22-29)

Empeñados en encontrar a Jesús, lo buscamos como lo hicieron quienes se habían alimentado en el monte con el pan multiplicado. Pero Jesús no siempre está donde lo buscamos, por eso tenemos que embarcar la vida para buscarlo en otra parte. Lo importante —y lo seguro— es que a Jesús siempre lo vamos a encontrar si nos empeñamos en su búsqueda.

Aquellas personas no encontraron al Jesús que buscaban. También ésta puede ser nuestra sorpresa. Puede que busquemos a Jesús porque sacia nuestros deseos inmediatos. Aquellos lo buscaban porque Jesús les repartió pan “hasta saciarse”. ¿Lo buscamos nosotros en la adoración al Santísimo, en el cumplimiento de lo que nos ofrece tranquilidad espiritual?… Lo buscamos y creemos que lo hemos encontrado cuando nos sentimos a gusto en nuestro espíritu.

Pero Jesús está marcado, sellado por el Padre Dios. Es a este Jesús a quien tenemos que encontrar. Y lo vamos a encontrar si lo buscamos en el alimento que dura hasta la vida eterna. El pan multiplicado es alimento que perece, y al mismo tiempo es un símbolo en el que podemos encontrar el misterio del alimento que “perdura para la vida eterna”.

Junto al agua de un pozo que sacia la sed del mediodía, Jesús ofreció a la mujer un agua que salta hasta la vida eterna. A quienes creemos que es suficiente el alimento que sacia momentáneamente en nuestra felicidad espiritual, Jesús nos propone superar los signos para creer en el que Dios ha enviado. Jesús es el alimento que perdura hasta la vida eterna.

Jesús, alimento que perdura hasta la vida eterna
Jesús, alimento que perdura hasta la vida eterna

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