La Palabra cada día

Hágase tu voluntad

Hágase tu voluntad

(Juan 6,35-40)

Jesús nos enseña a orar con esta frase “hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”.

Cumplir la voluntad de Dios no consiste en hacer las cosas “como Dios manda”, sino en la fidelidad a su proyecto: hacemos la voluntad de Dios si trabajamos por dar vida a todo lo creado porque Dios quiere —es su voluntad— que todo se salve. Entrar en el proyecto de Dios, hacer su voluntad, exige el cuidado del mundo que nos rodea, que podamos verlo y decir “es bueno, está bien”. Y sobre todo el cuidado del ser humano, que no se pierda, que tenga vida.

Dios no impone su voluntad, acepta a todo el que se une a su proyecto de salvación. Su voluntad es que todos, sin distinción de ideas, de religiosidad, de culturas trabajemos en su proyecto y que nadie se sienta excluido: “al que venga a mí no lo echaré afuera”.

El discípulo de Jesús no salva al mundo porque sus ideas sean mejores que las de otras personas, sino porque es fiel a la voluntad del Padre, dar vida para que el mundo se salve. Lejos del proyecto de Dios, de su voluntad, está la esclavitud, la imposición de leyes que atentan contra la vida. Quien acepta la voluntad de Dios entrega su vida para que todo tenga vida.

También nosotros, como Jesús, hemos sido enviados por Dios para hace su voluntad, que no se pierda nada de lo que Dios ha hecho. Nuestra misión está unida a la de Jesús, actuar como Jesús, hacer que la vida de este mundo sea un signo, una señal de la vida eterna.

Hágase tu voluntad
Hágase tu voluntad

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