¿Desde dónde nos llega su Palabra?
(Juan 6,16-21)
En nuestra iglesia se instala el miedo a quedarnos solos, a que la secularización gane terreno; miedo a que nos gane la fuerza del mundo, a que nuestro mensaje pierda fuerza frente al lenguaje de las nuevas tecnologías.
Hay razón para tener miedo. No está con nosotros el Jesús de los milagros; ya no somos esa iglesia que dominaba la sociedad y que decidía cómo tenían que ser las cosas, ni tenemos fuerza para imponer nuestra ética tan perfecta. Sentimos la debilidad de nuestra barca en medio de un mundo que cada vez desconocemos más.
El Resucitado no está ausente, pero nos sorprende que no esté con nosotros en la barca. Jesús está en medio de las tormentas que en las que nos toca navegar, y su Palabra nos llega desde el viento contrario y la fuerza del oleaje. Si la escuchamos bien oiremos su Palabra de ánimo: «no tengáis miedo, Soy Yo». Hemos de hacer un esfuerzo para reconocer que no es un fantasma la Palabra que nos llega desde ese mundo que tenemos por enemigo.
Nos gusta apropiarnos de esta Palabra, tener la seguridad de que el Resucitado está con nosotros en nuestra barca. “Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio adonde iban”. Para nuestra mayor sorpresa, cuando la iglesia reconoce a Jesús fuera de la barca es cuando ésta llega a su lugar.
¿Podría ser ésta una buena imagen para ver en ella este proyecto de nueva iglesia sinodal? Nos hemos apropiado del derecho a evangelizar a quienes están fuera de la barca, como si fuéramos los únicos que conocemos su Palabra. ¿Y si fueran las personas que están afuera las que nos dicen: “No tengáis miedo, Soy Yo”?
Parroquia de San Juan Bautista 