El Buen Pastor da vida
(Juan 10,11-18)
Nuestra comunidad celebra hoy el día del Pastor, del Buen Pastor. Es el día de nuestro obispo. Jesús se define a sí mismo como el Buen Pastor, modelo para todos los pastores. Ser Buen Pastor es la misión recibida de Dios: «este mandato he recibido de mi Padre.»
Jesús, Buen Pastor, se da a sí mismo un nombre: «YO SOY». En la tradición de Israel “Yo Soy” es el nombre con el que Dios se reveló a Moisés para salvar a su pueblo. Jesús nos revela a Dios-Padre como Pastor y Salvador.
Dios Buen Pastor da la vida por sus ovejas. Se diferencia de otros dioses pastores que no solo no dan la vida, sino que abandonan, exponen a morir a sus ovejas. Dios el Buen Pastor conoce a las ovejas y ellas le conocen. Jesús el Buen Pastor se identifica con Dios-Padre en el conocimiento de sus ovejas. Conocer a alguien es más que saber de una persona; es unir la vida de quien ama con la vida del ser amado. Dios conoce amando y ama dando su vida de la manera más sublime: entregándola, inmolándose por el ser amado… Como Dios-Padre conoce, así conoce el Buen Pastor. Quien entrega la vida de esta manera ama sin condiciones. En la litúrgica reconocemos al Buen Pastor como “sacerdote, víctima y altar”.
«Tengo, además, otras ovejas», las que son de otros rediles. El Buen Pastor da la vida libremente, nadie se la quita; la libertad es más fuerte que las imposiciones de la ley. El Buen Pastor tiene poder para entregar a sus ovejas una vida libre. Es la imagen de un redil de ovejas libres. El Buen Pastor no lleva a sus ovejas atadas con un lazo. Las que escuchan su voz le siguen como un solo rebaño.